miércoles, 1 de octubre de 2008

Sostiene Pereira

He de confesar ante todo que muchas veces soy incapaz de recordar con detalle la trama de una novela, incluso unos pocos días después de haberla leído. No, no es que me falte comprensión lectora, simplemente me gusta saborearlas.

¿Qué recuerdo de esta novela en concreto? Un veterano periodista contrata a un joven descarriado para que vaya preparando obituarios de manera anticipada. Gracias a esto, el periódico tendría ya la mayor parte del trabajo hecho en caso de producirse el deceso.

Debe ser práctica habitual, por otra parte, y si no que se lo pregunten a Steve Jobs, a quien hace poco se cargó (virtualmente, todo hay que decirlo) Bloomberg.

Pero nos estamos desviando del tema. Para un despistado como yo, puede ser una práctica de lo más recomendable ir escribiendo el burofax antes de contratar cualquier cosa. Pensándolo bien, no es ninguna tontería, dado que:

  1. Me obligará a pensar si realmente quiero el servicio o lo que sea
  2. A la hora decisiva de darse de baja (el término solicitud de baja me parece francamente ofensivo) no me podrá la pereza.

En definitiva, ¡convierta a la pereza en aliada!

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